Probablemente hacer esta pregunta en el mundo de la refrigeración industrial e incluso doméstica no tendría mucho sentido (casi la totalidad de los aires acondicionados que se comercializan son inverter), pero en el sector del aire comprimido aun quedan empresas que hacen dudar de la necesidad de un compresor con velocidad variable.
La diferencia de un compresor con velocidad variable frente a uno con velocidad fija es la siguiente:
- En el compresor con velocidad fija tenemos un motor eléctrico que gira siempre a la misma velocidad, y por lo tanto si nuestro compresor está en carga siempre dará el mismo caudal. Como nuestro consumo de aire varía, la válvula de admisión hace trabajar el compresor en carga o en descarga para adaptarse a nuestras necesidades de aire comprimido. Cuando el compresor trabaja en carga, la energía que consume se utiliza para producir aire comprimido, pero, cuando trabaja en descarga, el compresor utiliza energía eléctrica que no aprovechamos para nada.
- En el compresor de velocidad variable tenemos el motor eléctrico que va asociado a un variador de velocidad VSD que acelera o desacelera al motor para que el compresor entregue el caudal de aire necesario en cada momento, consumiendo solamente la energía necesaria para producir dicho caudal.
La realidad es que en cualquier fábrica el consumo de aire siempre varía, pero aun variando poco no podemos poner un solo compresor de velocidad fija que se adapte al 100% a nuestro consumo, y siempre ponemos un compresor ligeramente sobredimensionado para que pueda trabajar correctamente. Este compresor siempre tendrá ciclos en descarga donde estamos gastando electricidad sin aprovecharnos de nada. Por el contrario, el compresor de velocidad variable solo gasta lo que necesitamos en cada momento.
¿Y cuanto ahorra realmente en la factura de la luz?
Cada industria es diferente y por ello nosotros lo primero que hacemos es medir durante una semana el ritmo de trabajo del compresor. A partir de ahí planteamos la solución más eficiente y que más ahorro conlleva a largo plazo para la empresa.
Desde nuestra experiencia, en equipos de potencias entre los 15Kw y los 37Kw podemos hablar de un ahorro medio de 6000€ anuales en electricidad, dependiendo del número de horas trabajadas.
Pero a pesar de lo importante que puede resultar un ahorro energético, el compresor de velocidad variable tiene muchas otras ventajas:
Arranque 100% suave sin tirones de la red.
Elimina problemas de arranque en frio, especialmente en los días de invierno cuando el aceite se vuelve más viscoso y provoca sobrecargas en el motor.
Menor estress mecánico al evitar los ciclos carga/descarga, alargando intervalos de cambio de rodamientos del airend.
Se minimizan las fugas de la red de aire al trabajar a la presión más baja necesaria
Es cierto que un compresor de velocidad variable presenta un mayor coste de adquisición, pero esa diferencia de precio es fácilmente amortizable en menos de los primeros 12 meses. A partir de ahí, todo sería ahorro para la empresa.